'Cónclave': La película que revela el proceso de elección del nuevo Papa
Con la silla de San Pedro vacante, el Vaticano activa el tradicional cónclave, un proceso secreto y milenario para elegir al nuevo líder de la Iglesia Católica.

El Vaticano amaneció de luto este 21 de abril. La muerte del Papa Francisco I, ocurrida durante la madrugada, marca el fin de una era para la Iglesia Católica y abre la puerta al tradicional, y enigmático, proceso de elección de su sucesor. Jorge Mario Bergoglio, de origen argentino, fue el primer papa latinoamericano y ocupó el trono de San Pedro desde 2013. En los últimos meses, su salud se había visto comprometida, aunque se mantuvo activo hasta la reciente Semana Santa. Su cuerpo, sin embargo, no resistió más.
“Con inmensa gratitud por su ejemplo como verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del Papa Francisco al infinito y misericordioso amor de Dios”, expresó el cardenal Kevin Ferrell, camarlengo de la Santa Sede, en el comunicado oficial.

Con la silla de Pedro vacante, se activa ahora un mecanismo que combina espiritualidad, protocolo y secreto: el cónclave. Este proceso, reservado únicamente a cardenales menores de 80 años, reúne a un máximo de 120 votantes dentro de los muros del Vaticano, específicamente en la Capilla Sixtina. Sin teléfonos ni contacto con el exterior, se encierran hasta alcanzar un consenso: una mayoría de dos tercios para proclamar al nuevo líder de la Iglesia.
Aunque rodeado de misterio, el cónclave ha capturado el interés de la cultura popular y, recientemente, también del cine. La película Cónclave, dirigida por Edward Berger y estrenada en 2024, llegó a las salas justo a tiempo para ofrecer una visión cercana, aunque ficticia, de lo que podría estar ocurriendo ahora mismo entre los muros vaticanos.

La película se apega, en varios aspectos, al procedimiento real: desde el aislamiento de los cardenales, el preescrutinio y la quema de papeletas, hasta el simbolismo del humo blanco que anuncia que un nuevo Papa ha sido elegido. También refleja cómo, pese a no poder hacer campaña abierta, los cardenales dan a conocer su pensamiento teológico al celebrar misas en sus iglesias titulares de Roma antes de iniciar el cónclave.
Sin embargo, hay diferencias: por ejemplo, el film no contempla los días de oración obligatoria que deben hacer los cardenales si no se logra una elección tras varios intentos, ni detalla los tiempos establecidos para que todos los electores puedan llegar a Roma. En la vida real, el proceso comienza entre 15 y 20 días después del fallecimiento del papa, como medida para garantizar la presencia de todos los cardenales aptos.