Se confirmó la causa de la muerte del Papa Francisco, así como el contenido de su testamento, en el que dejó clara su última voluntad: “Sintiendo que se acerca el fin de mi vida terrena y con viva esperanza en la Vida Eterna, deseo expresar mi voluntad...”
El Vaticano confirmó este lunes 21 de abril la causa oficial del deceso del sumo pontífice, ocurrido a las 07:35 en su residencia de la Casa Santa Marta.
El Papa falleció a los 88 años a causa de un ictus cerebral (derrame) y un colapso cardiovascular irreversible, según el acta de defunción firmada por el director de Sanidad e Higiene del Estado Vaticano.
El documento médico detalla que el Papa tenía antecedentes de insuficiencia respiratoria aguda en neumonía bilateral multimicrobiana, bronquiectasias múltiples, hipertensión y diabetes tipo II.
La causa de defunción se comprobó mediante un estudio electrocardiograma tanatológico, confirmó la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Junto al parte médico, el Vaticano publicó el testamento del Papa Francisco, redactado el 29 de junio de 2022, en el que dejó clara su voluntad de ser enterrado de forma sencilla y en un lugar de profundo significado espiritual para él.
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"Sintiendo que se acerca el fin de mi vida terrena y con viva esperanza en la Vida Eterna, deseo expresar mi voluntad sólo respecto al lugar de mi sepultura. Siempre he confiado mi vida y mi ministerio sacerdotal y episcopal a la Madre de Nuestro Señor, María Santísima. Por eso, pido que mis restos mortales descansen en espera del día de la resurrección en la Basílica Papal de Santa María la Mayor", se lee en el testamento.
En el documento, Francisco pidió que su tumba esté ubicada entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, en un nicho a ras de tierra, sin decoración especial, con la única inscripción: Franciscus. Explicó que este santuario mariano fue siempre su refugio de oración antes y después de cada viaje apostólico.
También indicó que los gastos de su entierro serán cubiertos por un benefactor anónimo, cuyos fondos serán entregados a Santa María la Mayor, bajo la supervisión de monseñor Rolandas Makrickas.
El Papa concluyó su testamento con una plegaria de gratitud y una última ofrenda:
"Ofrecí al Señor el sufrimiento que se hizo presente en la última parte de mi vida por la paz en el mundo y la fraternidad entre los pueblos. Que el Señor conceda la recompensa merecida a quienes me han amado y continuarán orando por mí."