Economía

Día del Emprendedor: Más de la mitad de los ecuatorianos ven al emprendimiento como una carrera profesional

Tres millones de ecuatorianos están involucrados en la creación o gestión de negocios. Hoy destacamos cuatro historias de emprendedores que apuestan por el ecosistema local, dentro y fuera del país.

miércoles, 16 abril 2025 - 13:04
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Hablar de emprendimiento en Ecuador se ha vuelto parte de la cotidianidad. Al punto de que el 66% de la población conoce a alguien que ha iniciado un negocio y cerca del 70% se siente capacitada para emprender.

Los datos se desprenden del último estudio GEM Ecuador del Global Entrepreneurship Monitor publicado en 2024 que, entre otras cosas, mostró que más del 50% de los ecuatorianos considera que el emprendimiento es una opción válida como carrera profesional.

El estudio, considerado el principal en materia de emprendimiento en el país, se basó en una muestra de 2.000 personas de 19 provincias de Ecuador. Estuvo a cargo de la Escuela de Negocios EDES, de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL); y de la Escuela de Negocios ESPAE, de la Escuela Superior Politécnica del Litoral.

El GEM comprueba que el 70% de los emprendimientos se enfoca en el sector de consumo y apenas el 8% ha apostado por la tecnología e innovación.

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Otro de los hallazgos es que la tasa de empresarios aumentó de 15% a 24%, lo que sugiere una mayor estabilidad y sostenibilidad de los negocios.

Por otra parte, el miedo al fracaso es del 38% y la tasa de actividad emprendedora (TEA, por sus siglas en inglés) es del 33%, es decir, hay tres millones de ecuatorianos involucrados en la creación o gestión de un negocio.

Todos los datos corresponden al período entre 2019 y 2023/2024, sin embargo, el estudio más actualizado será presentado el próximo 29 de abril por la UTPL, esta vez en alianza con la Universidad Espíritu Santo (UEES) y la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, sede Ibarra (PUCEI).

Para este 16 de abril, en el Día del Emprendedor, Vistazo Digital le trae una recopilación de cuatro casos de negocios destacados, publicados en la revista de negocios América Economía Ecuador, que empezaron desde cero, pero hoy demuestran el potencial que hay detrás de trabajar en lo que apasiona.

Arriesgarse para ganar

Manuel Romero se casó a los 20 años y, en busca de independencia económica, encontró en el café una oportunidad de crecimiento personal y familiar. Su vinculación con este producto agrícola ha sido generacional. El primero en apostar por la producción del café fue su bisabuelo, le siguió su abuelo, su madre, sus tíos, sus hermanos y con ellos, él.

En 2008 empezó su propia aventura comercial. Fue aprendiendo sobre el café con el propósito de mejorar la calidad. En medio de este aprendizaje, con sus ahorros, de aproximadamente USD 3.000, adquirió una máquina tostadora artesanal.

El siguiente paso fue buscar un local para vender el café y tener más ingresos. En su búsqueda encontró un sitio pequeño, de 5 m2 en el centro de Loja, lugar donde funcionó el primer local de su marca y cafetería Indera. “La acogida era tan grande que las personas hacían fila para comprar, por lo que pensaron en expandirse y lo lograron en el mismo lugar”.

Todo el esfuerzo de la pareja estaba viendo resultados. Romero cree que la gente se identificó con ellos por su juventud, adrenalina y espontaneidad a la hora de emprender.

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Cuando en Loja se empezó a hablar de las variedades de café y de sus respectivos procesos, era el año 2014. Para ese entonces, el emprendedor ya se había formado en cata de café, en el proceso del tostado y quiso vincularse a la producción.

$!El lojano Manuel Romero encontró en el café una oportunidad de crecimiento personal y profesional. Con su marca Indera no solo es productor, sino que tiene cafeterías y exporta su producto.

"Actualmente todo está tecnificado, pero es durísimo sembrar, o sea el campo es duro, por eso desde que tengo la finca paso más tiempo aquí", dice Romero, quien señala que al menos el 80% de su producto se destina a la exportación. Gracias a sus esfuerzos ha logrado hacer envíos a China, Corea del Sur, Australia, Países Bajos, Estados Unidos y Canadá.

Y en el campo ha encontrado su pasión. Romero menciona que se identifica como productor en donde ha ganado representatividad al convertirse en el presidente de la denominación de origen del café de Loja.

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Todo marchaba como esperaban hasta que la llegada de la pandemia hizo tambalear los negocios. Con ayuda de créditos bancarios logró cubrir los gastos de la cafetería y construir una nueva cafetería. Para este local invirtió USD 250.000 entre equipos, mobiliarios, construcción. Gracias a esta apertura emplea a 32 personas más.

En 2024 abrió la tercera cafetería en Loja y la intención es expandir la marca a Cuenca, Quito y Guayaquil, de acuerdo a la demanda del mercado.

La reina de las galletas

Antes de contar con locales propios, en 2017, la casa de los padres de Ana Cristina Granja se convirtió en la cocina principal de Dipping Cookies, la marca cuyo producto estrella es una variedad de galletas artesanales que, con el tiempo, ha incorporado más postres de distintos sabores.

Estudió Ingeniería en Alimentos, luego Gastronomía y a sus 22 años horneaba sus galletas solo bajo pedido. Un año después, en 2018, Granja dio el paso de abrir su primer local en Guayaquil.

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A menos de un año de su inauguración abrió una nueva sucursal en el Centro Comercial La Torre en Samborondón con un concepto de cafetería. Pero decidir tener más de un local fue todo un desafío.

“Yo tenía muchísimo miedo cuando abrimos el primer local. Mi esposo me motivó muchísimo, él ya tenía su empresa de algo que no tiene que ver con comida y él me decía: tienes que abrir un local porque la gente le ha gustado lo que haces, has crecido súper rápido”.

Luego de siete años aún mantienen los sabores con los que arrancaron como las galletas de manjar con chocolates, sin descuidar el componente de innovación y la frescura.

“A veces pienso: Wow, lo que hemos logrado vendiendo galletas”, dice la emprendedora, quien luego de su segundo local abrió dos más en Ceibos y vía a la Costa. Y aunque tuvo que cerrar su primer local abrió otro en la misma zona, en Urdesa.

$!Ana Cristina Granja empezó vendiendo galletas que horneaba en la casa de sus papás. Siete años después tiene varias cafeterías en Guayaquil y Samborondón.

En julio del año pasado, Dipping Cookies abrió su nuevo punto en Samborondón, Ciudad Celeste, con una inversión de US$ 100.000.

Con cinco locales y un canal ecommerce robusto, Dipping Cookies se ha consolidado en el mercado de postres de Guayaquil.

En este 2025 dentro de sus objetivos constaba la expansión a otra ciudad y en algún momento la emprendedora sueña con abrir una cafetería fuera del país.

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Con todo este recorrido, estos podrían ser los primeros siete años de una marca que ya ha logrado fidelizar a los clientes que los siguen desde el primer día.

“Yo iba a la casa de tu mamá a ver las galletas”, le dicen algunas personas a Granja, quien cree que el negocio se ha caracterizado por la autenticidad, no solo en sus productos sino en sus locales, el merchandising y toda la experiencia que a más de uno le ha invitado a volver a la hora en punto de “salsear” las galletas o como ellos lo llaman “dipping o’ clock”.

La irreverencia convertida en cerveza

Sinners -pecadores, traducido del inglés- es la marca de cerveza artesanal que, en el 2012, crearon Carolina Barona y Andrian Romero. Un producto que, desde la estética de su envase hasta la variedad de sabores, ofrece un claro mensaje: “atrévete a probar algo diferente; en sentido figurado: peca”.

La pareja cometió su primer acto de rebeldía cuando ambos renunciaron a sus trabajos para ‘cocinar’ cerveza, algo que empezó como un hobby gracias a los viajes y experiencias fuera del país.

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Luego de demostrar a familiares y amigos que tenían un buen producto, los emprendedores decidieron salir al mercado con una cerveza artesanal que incorpora ingredientes ecuatorianos para crear sabores propios. La microcervecería comenzó a funcionar en un garaje; sus primeros clientes fueron los restaurantes.

Para 2015, cuando el negocio empezaba a crecer y la marca ya había logrado ingresar a una de las cadenas de autoservicio, la pareja contrató a Andrés Bermeo, un graduado en Ingeniería de Alimentos que llegó para aportar en el área de procesos y terminó convirtiéndose en el tercer socio de Sinners.

$!Tres emprendedores quiteños lograron el sueño de todo emprendedor: facturar su primer millón de dólares. Lo que empezó como algo casero hoy es un negocio rentable.

El negocio enfrentó altibajos en los próximos dos años y, pese a los recursos limitados, Andrian y Carolina dieron un segundo paso. En el 2017, cuenta la pareja, Sinners abrió su primer pub en la zona de La Pradera, aledaña al parque de La Carolina; también se instaló ahí la planta de producción.

La posibilidad de que los pub o bares se convirtieran en la primera fuente de ingresos solo fue posible en el 2018 cuando llegó una inyección de capital extranjero proveniente del fondo de inversores ‘Alta Fermentación’, liderado por el empresario colombiano Berny Silberwasser.

A partir de ese momento, los socios pudieron acelerar sus proyectos. En diciembre del 2021, inauguraron un segundo local ubicado en La Floresta; dos años después, se instalaron en el Centro Histórico. Las ventas anuales de Sinners sobrepasaron ya el millón de dólares en el 2023.

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Un total de 12 tipos de cerveza están usualmente disponibles para el cliente; el portafolio llega a 30 incluyendo las de temporada. Una versión que agrega café, la Capuccino Sweet Stout, fue reconocida el año pasado como la mejor cerveza de este tipo en la World Beer Awards, organizada en Inglaterra.

Con la marca posicionada, la proyección de Sinners a corto plazo es consolidarse en Quito; “buscamos un crecimiento que se sostenga y sea responsable”, dice Carolina Barona.

Profeta en tierra ajena

Cyril Prud’homme llegó a Ecuador en el 2006; apasionado por la pastelería fina y la chocolatería, ha instalado ya cinco locales de Cyril Boutique en Quito.

A los 25 años, luego de haber renunciado a su trabajo en Francia, Cyril Prud’homme decidió aceptar la inimaginable oportunidad de viajar al Ecuador para dar clases de pastelería.

No conocía mucho del país sudamericano y tras un año de docencia en Guayaquil, aceptó en el 2007 la invitación de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) para involucrarse en su Instituto de Arte Culinario. Para entonces, ya sumaba casi diez años de experiencia como chef.

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Cyril, como todos lo llaman, encontró en la USFQ los aliados perfectos para iniciar el proyecto que le ha permitido echar raíces en el país y posicionar la gastronomía francesa. En el 2011, abrió su primera tienda en el norte de Quito.

"El concepto era ofrecer una pastelería fina con una chocolatería muy alta y de tendencia francesa; para ese año, no había ninguna chocolatería de estilo europeo aquí en el Ecuador, y fuimos los pioneros. Hay un antes y un después de Cyril en el país”, dice el chef.
$!Cyril, como todos lo llaman, encontró en la USFQ los aliados perfectos para iniciar el proyecto que le ha permitido echar raíces en el país y posicionar la gastronomía francesa.

La inversión inicial alcanzó los 450 mil dólares y la reacción del mercado sorprendió a Prud’homme. La marca saltó primero al Quicentro Shopping; en pandemia, instaló otra tienda en el sector del Quito Tenis y luego ingresó a Mall El Jardín. Hace poco, inauguró su quinta tienda en el Scala Shopping.

Las cifras le han demostrado que en el Ecuador hay un mercado que paga por calidad; la tendencia hacia la alimentación saludable -no demasiada grasa, no demasiado dulce- también le ha beneficiado. En 2019, sus ventas llegaron a 1,6 millones de dólares; para 2023, cerraron en 3,35 millones.

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Cyril Boutique maneja ahora siete líneas de producción; a los pasteles y chocolates se han ido agregando los helados, el pan, las galletas, productos de sal y mermeladas; “tenemos más de 300 ítems a la venta todo el tiempo”.

El siguiente paso de Cyril y sus cuatro socios ecuatorianos con participación minoritaria es la instalación de una nueva planta que le permita al negocio seguir creciendo. Prevé expandir su oferta a otras ciudades del país.

“Seguramente la primera será Cuenca”, afirma; un mercado que, para el chef, se mira más cercano a lo europeo y donde el clima favorece el manejo y el consumo de sus productos.

“Aquí en Ecuador encontré el camino e hice cosas que quizá no iba a poder hacer en Francia”.
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